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Descripción de la especie
Agripalma
Nombre científico: Leonurus cardiaca
Familia: Lamiaceae
La agripalma es una de esas especies reconocidas en el mundo por sus múltiples propiedades y usos medicinales, documentados desde la antigüedad tanto en Asia como en Europa, de donde es nativa y se le encuentra creciendo a orillas de caminos, bordes de bosques, terrenos abiertos y demás. En Costa Rica se le puede encontrar en algunas fincas privadas, inclusive a la venta.
Se reconoce por poseer un tallo central de entre 1 y 1,5 m de altura, del cual salen tallos secundarios opuestos entre sí, todos ellos delgados, de color verde claro y de forma cuadrangular con un canal central y bordes ligeramente aristados y en ocasiones ligeramente vellosos.
Le gusta el sol directo y la media sombra, no es exigente en cuanto a suelos, aunque no se da bien en suelos arcillosos, compactados ni con mal drenaje. Presenta un crecimiento muy rápido, que inclusive puede llegar a convertirse en una especie invasora tanto por su capacidad rizomatosa de producir tallos desde la raíz como por la germinación de sus cientos de semillas, de ahí la importancia de mantenerla bien controlada.
Las hojas de la agripalma son opuestas y verticiladas, de color verde más claro por detrás, de sabor amargo y con un fuerte y desagradable aroma, y poseen la facultad de modificarse conforme van madurando, de ahí que cuando nacen en la punta de los tallos secundarios son enteras de forma alargada y delgadas, pero luego van desarrollando pequeños dientes, que irán alargándose y de ellos también saldrán otros lóbulos profundamente pronunciados. Otra particularidad que tienen las hojas de esta especie, es que cuando las plantitas nacen y durante los primeros días de vida, son enteras y de forma redondeada con el borde totalmente crenado, y conforme la planta crece irá desarrollando sus típicas hojas lobuladas, de ahí que muchas personas expresan que por más que buscan no encuentran regeneración de la agripalma, pero por desconocimiento y sin querer al limpiar el terreno han arrancado las plantitas sin darse cuenta.
Las flores por su parte, nacen en verticilos a lo largo del tallo como una especie de anillo y desde cierta altura hacia la punta. Ellas son de color lila claro por detrás de los pétalos y por el frente de color lila muy claro y están formadas por 5 pétalos soldados, y el pétalo central posee delgadas líneas moradas que nacen en el fondo y terminan en la punta, éste presenta un color morado más intenso. Los estambres llaman la atención por estar colocados en la parte alta del pétalo de arriba, para poder colocar el polen en la cabeza y espalda de los polinizadores, especialmente abejas y mariposas.
Los frutos de la agripalma son muy curiosos y hasta cierto punto, un poco peligrosos, porque luego de que la flor se cae, quedan con varias puntas, que al secarse se vuelven espinosas y si no se tiene cuidado a la hora de manipular los tallos pueden punzar. Cada fruto posee varias cavidades con pequeñas semillas, de color café y forma triangular, que germinan relativamente bien, por lo que es común ver muchas plantitas creciendo cerca de la planta madre. Si se desea almacenarlas, se puede hacer, manteniéndolas en bolsas de papel bien cerradas y en recipientes herméticos, dentro de la refrigeradora en donde pueden permanecer por mucho tiempo, sin perder mucho su porcentaje de germinación.
En cuanto a manejo es una especie que no presenta mayores problemas, posee pocas plagas y si está muy alta puede podarse un poco, para mantener una forma un poco más compacta.
Como especie medicinal tiene una larga historia, que para muchos se remonta a más de 3000 años atrás en China, pero sus primeros registros datan desde la Edad Media, cuando en el siglo VII salió de Asia hacia el norte de Europa, y se le empezó a cultivar en los monasterios como una planta medicinal para tratar los problemas cardíacos, fortalecer y estimular el útero después del parto, así como para aliviar todos los problemas menstruales y de parto. En el siglo XV, algunos herbolarios europeos la consideraban como una planta mágica que ofrecía protección contra los espíritus malignos. Por su parte los antiguos griegos y romanos la utilizaban para tratar la depresión y las palpitaciones del corazón.
El médico, botánico y astrólogo británico Nicholas Culpeper consideraba que la agripalma podía utilizarse para eliminar la tristeza y los vapores de la melancolía del corazón, así como ayudar a reparar el útero de las madres recién paridas.
La agripalma posee propiedades antidiarreicas, antiespasmódicas, antiinflamatorias, calmantes, cicatrizantes, digestivas, emenagogas, hipnóticas, laxantes, sedantes, sudoríficas y tónicas, que se utilizan para tratar el asma, controlar los nervios, los cálculos renales, problemas de la presión, de la tiroides, ginecológicos, especialmente los relacionados con la menstruación y la menopausia, pero mayormente la regulación de las palpitaciones por problemas cardíacos o tiroideos y otros padecimientos del corazón. También se le ha empleado para fortalecer la producción de leche en las hembras de animales domésticos.
Entre otros usos no médicos que se le dan a esta especie sobresale el ornamental, ya que sus llamativas flores le dan a cualquier espacio un bonito aspecto y puede ser empleada en maceteras, macetas, en jardines pequeños o grandes, parques y demás. De sus hojas se obtiene un tinte de color verde oliva que se utiliza en el teñido de diversos tejidos y sus flores se pueden comer en sopas y guisos, en té o emplearse como aromatizantes.
En otros países se le conoce como agripaume, cardiaca, cola de león, corazón duro, corazón real, hierba del mal de corazón, hierba macaré, jarabe de león, má de santa María, mano de santa María, motherwort y como ortiga borde. Entre estos nombres comunes el de má (madre) hace referencia al hecho de que las mujeres la han empleado para ayudarse a contrarrestar los problemas ginecológicos y del parto.
El género Leonurus tiene su origen en los términos griegos “leone” león y “coda” cola de león, en alusión a sus ramos de flores y el epíteto cardiaca del latín “cardiacus” cardiaco por sus propiedades para tratar los males del corazón. Agripalma por su parte nace en los términos latinos “hacer o ācris” agudo y «palma» por sus hojas.