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Descripción de la especie
El surá o guayabón
Nombre científico: Terminalia oblonga
Familia botánica: Combretaceae
Quien no ha oído hablar del famoso “surá”, tal vez la mayoría nunca ha podido tener la oportunidad de ver un árbol, pero muchos si han visto y sentido un piso o unas tablillas de esta excelente madera. Este enorme y maravilloso árbol es nativo desde México hasta América del Sur, creciendo a la orilla de los ríos y las quebradas desde el nivel del mar hasta los 1.000 m de elevación. Es común en casi todo el país tanto en las zonas con una estación seca bien definida de varios meses como en las zonas en donde llueve todo el año, con preferencia en las zonas más húmedas; de hecho no tiene problemas para crecer en suelos con mal drenaje e inundados, para ello ha logrado desarrollar fuertes gambas en su base de hasta unos 2 m de alto, que le ayudan a mantenerse firme y bien anclado en los inestables suelos.
Puede llegar a alcanzar los 40 m o 45 m de altura y desarrollar un tronco recto de entre 70 cm y 1 m de diámetro, cubierto por una delgada y lisa corteza, de color gris claro a marrón, con llamativas vetas. La cual exfolia en largas y delgadas láminas, dejando expuesta la nueva corteza de color claro, dando su típico aspecto similar a un árbol de guayabo (Psidium guajava) o a un cas (Psidium friedrishstalianum) muy grande.
Los árboles jóvenes de surá o guayabón presentan la corteza oscura, pero la van aclarando conforme van creciendo, de ahí que al llegar a los 12 o 15 años, se empieza a notar su típica exfoliación.
En la base del tronco se desarrollan grandes y muy desarrolladas gambas, que le permiten mantenerse estable en los suelos pantanosos y húmedos.
La copa es densa y está formada por torcidas ramas con un crecimiento simpodial (como candelabro), mismo que siguen las ramitas, de las cuales nacen al final de ellas hojas simples y alternas de color verde brillante, las cuales tienen por detrás (el envés) unos pelitos cafés llamados tricomas agrupados en la axila de las nervaduras.
Las pequeñas flores que son de un color verde amarillento sin pétalos (apétalas) crecen agrupadas en racimos llamados espigas, ubicadas en las axilas de las hojas y pueden llegar a medir hasta 15 cm de largo.
Los frutos son secos y se desarrollan en grandes cantidades, caracterizándose por tener dos alas membranosas de color crema o paja, que le sirven para viajar largas distancias empujadas por el viento; cuando están celes son la delicia de los loros y los pericos. Cada fruto tiene una sola semilla. En condición fresca estas semillas sin necesidad de tratamientos pregerminativos pueden tener un 60% de germinación, la cual se reduce drásticamente con el paso del tiempo.
Durante muchos años se le consideró al surá o guayabón un árbol sin mayor importancia y de difícil aprovechamiento a causa de sus enormes gambas que hacían complicada la corta del árbol; pero a partir de los años 60 y 70 en Costa Rica se produjo un boom en la construcción de viviendas para la clase media, las cuales se diseñaron con pisos, vigas y artesonados a base de la madera del guayabón la cual se conoce comercialmente como surá.
La madera del surá se caracteriza por su dureza (0.65 gr/cm3), su textura media y uniforme, por su resistencia, su jaspe, su durabilidad natural media y por el excelente acabado que adquiere gracias a su grano recto; pero principalmente por hermoso color café marrón o miel con grandes y acentuadas vetas color café verdoso.
Todo lo anterior es la razón por la cual miles de árboles fueron talados a la orilla de los ríos que protegieron durante tantos años, y convertidos en madera para satisfacer la enorme demanda para la construcción; y aunque es un poco difícil de secar porque tiende a torcer, rajar y reventar se le emplea en construcción interna y externa, tablillas, contrachapados, ebanistería, parquet y columnas, entre otros usos.
En las zonas rurales los troncos huecos del surá o guayabón se emplean como tubos para transportar agua de un lugar a otro y por su belleza se encuentra como ornamental y como sombra. Y por su gran tamaño es una especie con un alto poder de capturar dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera.
En otros lugares se le conoce como escobo amarillo, guayabo, guayabo de montaña, guayabillo, tanimbuca, verdolago amarillo, yacushapana, yacushapana amarilla,
Etimológicamente, el género Terminalia proviene del término latino “terminus” terminales en referencia a que sus hojas se concentran al final de las ramitas y oblonga del latín “oblongus” alargado.