Siguiente especie
Descripción de la especie
Jaboncillo o mazorquilla
Nombre científico: Phytolacca icosandra
Familia: Phytolaccaceae
El jaboncillo o mazorquilla como le conocen en muchos otros países, es un arbusto propio del sur de Estados Unidos, a Suramérica, y las Antillas. En Costa Rica se le encuentra en gran parte del país, desde los 300 hasta los 2400 m de elevación, ya sea a orillas de caminos, de ríos y quebradas, potreros y lotes baldíos. Es considerado un “monte” por su condición de silvestre, lo que permite crecer a pleno sol y no ser exigente en cuanto a suelos, pudiendo desarrollarse tanto en suelos buenos como en aquellos pobres y pedregosos. En Cuba se le relaciona con sitios en donde hubo hornos de carbón.
Es un arbusto de vida corta de unos 2 a 3 m de alto, de tallos múltiples, que al ser cortados se notan huecos por dentro. La copa empieza desde muy abajo y es un poco compacta, los tallos son ligeramente angulosos y un poco suculentos, lo que le permite resistir sequías no muy largas.
Las hojas son simples, alternas, de unos 15 a 25 cm de largo, de forma lanceolada a ovalada, de color verde por encima y glaucas por detrás; con el ápice acuminado, el borde entero y la nervadura muy evidente especialmente por detrás. Las hojas más viejas, que son las que están más atrás en la ramita, son de mayor tamaño que las nuevas y presentan peciolos más largos.
En cuanto a las flores, el jaboncillo presenta, casi todo el año, ramos erectos axilares y terminales, de unos 10 a 25 cm de largo, inclusive pueden llegar a superar los 30 cm. Estos ramos son muy llamativos por el color lila o morado claro que tienen los tallitos, los cuales son ligeramente pubescentes.
Las flores, atrayentes de abejas, son pequeñas con forma de estrella, por la disposición de sus 5 pétalos, de color blanco, rosado, rojizo, o blancos con tonalidades rosadas; en la base de los pétalos hay una ligera tonalidad verdosa, lo que hace que se resalten los estambres, que están alrededor de un centro verde, lo que le da un aspecto muy delicado, como si fueran flores de porcelana. Cada ramo posee muchas flores, las que se van abriendo de abajo para arriba.
Los pequeños frutos son carnosos, redondeados y achatados en los extremos, de aproximadamente 1 cm de diámetro. Al estar inmaduros son de color verde claro brillante y presentan un aspecto que recuerda a los frutos de la pitanga (Eugenia uniflora) o a una mandarina (Citrus reticulata) pelada; pero al madurar se vuelven de color morado muy oscuro o negro brillante, y se hacen más globosos al ser más jugosos, al tener una mayor concentración de jugo, que es lo que atrae a las aves y a algunos otros animales.
Una característica de los ramos de frutos del jaboncillo o mazorquilla, es que en la parte de abajo quedan los restos de los frutos que se han caído, los que son de color morado claro o lila, con forma de estrella y que dan la impresión de que son flores. Arriba de estos restos habrá frutos maduros, más arriba frutos verdes, luego flores abiertas y en la punta algunos botones sin abrir. Estos frutos son muy buscados por aves, las cuales se encargan de distribuir las semillas.
Por cada fruto puede haber entre 7 y 10 semillas redondeadas de color negro brillante, de unos 2.5 mm de diámetro.
El jaboncillo o mazorquilla se reproduce fácilmente por medio de semillas, las cuales tienen la capacidad de mantener su poder de germinación, pudiendo germinar muchos años después, en lugares que han sido afectados por incendios.
En algunas zonas rurales de otros países se utilizan los tallos y hojas tiernas del jaboncillo para consumo, hirviéndolas muy bien para preparar sopas y guisos, pero se debe tener cuidado porque puede ser tóxica en exceso, tomando en cuenta que las raíces son venenosas al igual que las semillas.
En la medicina popular se le emplea al jaboncillo o mazorquilla como analgésico, antiinflamatorio, cicatrizante, desparasitante, diurético, purgante y vomitivo, así como para tratar cólicos, control de la caspa, problemas de la piel y gástricos, y contra los dolores reumáticos.
Los frutos verdes son muy ricos en saponinas, al igual que las raíces, por lo que se les ha empleado como sustituto del jabón. Machacándolos en agua y dejándolos por unos minutos para que suelten.
Como ornamental, el jaboncillo o mazorquilla posee un alto potencial, y puede ser plantado en parques, aceras, jardines grandes y pequeños, isletas, orillas de senderos, en grupos, rocallas, junto a fuentes de agua, etc.
En Costa Rica, algunas personas lo conocen como tinta y calalu, y en otros países, como: almorsaca, altasara, amole, amole, amolquilitl, amolxíhuitl, amolxihuitl quelite, barbachina, bella sombra, bledo carbonero, bleo; calalú, cargamanta, carricillo, conegera, cóngara, cóngara, cóngaran, congarani, congarey, congora, cóngora, cónguera, conguerama, conguerama, conguerami, congueran; conguerán, conguerán, conguerani, cónguira, conguirán y coral. Fitolaca, góngora, guaba, higuerilla, jabonera, jucshca, k’onguarani, kongaran, kongarani, lavaropa, lavarropa, maíz de perro, marzorquilla, mazorquita, mo-hog.yau, mora, mo-tau, namole, niamol, ñamole; oyamol, paluh akw’aal, perla de china, pie de paloma, purhép, quelite, quelite de amor, quelite de cerro, quelite de toro; raisin tropical, red inkplant, reventón, scorpion-tail, sicamole, southern pokeweed, tarasca, tarasca de negros, telcox, tesmol de monte, tonojoso, tropical pokeweed, tropische kermesbeere, varbachina, verbachina, verbechina, verbechina, yerba carmín y yerba de culebra.
El género Phytolacca tiene su origen en el término griego “phyton” planta y en el latino “lacca” tinte rojo, en referencia a las hojas rojas de otras especies de este género, icosandra por su parte es un término del latín que se refiere a que la planta tiene 20 estambres.
