Liquidambar

El liquidámbar o estoraque

Nombre científico: Liquidambar styraciflua

Familia botánica: Altingiaceae

Originario del este de los Estados Unidos y México, el liquidámbar es probablemente uno de los árboles ornamentales más hermosos de todo el continente americano. Posee una gran cantidad de características sobresalientes que lo diferencian de cualquier otra especie de árbol, entre las cuales se destacan sus hojas simples de 5 o 7 lóbulos puntiagudos con largos y delgados peciolos, su corteza gris profundamente fisurada, y la forma perfectamente cónica de su densa copa. Durante el otoño de las regiones templadas, el follaje se marchita y adquiere diferentes tonalidades de rojo, amarillo, dorado y rosado, creando un soberbio espectáculo visual antes de caer.

Es un árbol muy interesante porque los individuos producen flores masculinas de color verde en racimos alargados y compactos y flores femeninas blanquecinas con tonos rosados en compactos racimos globosos con largos y delgados pedúnculos, que generarán frutos compuestos (infrutescencia) que, para los más imaginativos, se asemejan a pequeñas armas medievales porque al secarse se tornan espinosos y de color café oscuro, debido a que mantienen adheridos a ellos los restos florales.

En muchos lugares del mundo se cultiva comercialmente pues su madera posee excelentes propiedades para la fabricación de muebles modernos y artículos de precisión, al ser dura, de grano fino con un hermoso color rojizo con vetas negras.

El nombre liquidámbar significa ámbar líquido, lo cual revela la principal propiedad y beneficio de este árbol, cuál es su espesa y aromática resina conocida comercialmente como estoraque, con antiquísimas y reconocidas propiedades químicas, industriales y medicinales. En la antigüedad los emperadores mexicanos mezclaban esta goma con tabaco para fumarla mientras que los franceses la emplearon para perfumar los guantes ocultando así los malos olores, recordando que la costumbre de bañarse no era algo habitual en ellos.

En Costa Rica los primeros árboles de liquidámbar se introdujeron y se plantaron como ornamentales en el Valle Central, pero muy rápidamente mostraron una gran intolerancia a los rigores del calor y de los fuertes vientos propios de la estación seca de fin y principio de año, y además las raíces de los árboles jóvenes son muy delicadas y requieren de suelos con propiedades muy particulares.

A pesar de lo anterior, los árboles de liquidámbar que han logrado sobrevivir y desarrollarse bien en nuestro país, son verdaderamente hermosos.

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