Tabaco

El tabaco

Nombre científico: Nicotiana tabacum

Familia botánica: Solanaceae

El tabaco es una de esas plantas de la que todo el mundo, literalmente ha escuchado hablar y directamente se le relaciona con los cigarrillos y puros, los cuales se hacen con sus hojas secas; pero son muy pocas las personas que conocen la planta, aunque es muy común en lotes baldíos, orillas de caminos, campos de cultivo e inclusive en orillas de calles en las ciudades. Es una especie aparentemente de origen andino que gracias al movimiento migratorio de los nativos se difundió por la mayor parte del continente.

Sus hojas ricas en glúcidos y nicotina le brindan propiedades estimulantes, convirtiéndose a su vez en un producto aditivo de serias consecuencias para la salud. En la medicina tradicional se ha empleado para tratar dolores de huesos, torceduras, infecciones de la piel, sabañones, reumatismo, dolores musculares, de cabeza y de oídos,   como bactericida, antiinflamatorio, vomitivo, sedante, desparasitante y acaricida.

Las hojas del tabaco también se emplean muy eficientemente como controlador de plagas y enfermedades en aquellas plantas que no pertenezcan a la misma familia de las Solanáceas. Se reproduce muy fácilmente por medio de semillas y es una planta con gran atractivo ornamental por sus hermosas flores rosadas atrayentes de abejas y colilbríes.

Como dato curioso Jean Nicot, embajador en Lisboa entre 1559 y 1561, recibió unas semillas de tabaco de un comerciante español y las mandó a plantar en los jardines de la embajada como ornamental pero luego los empleados empezaron a fumarla, llamándola la “hierba del embajador”, posteriormente se fue extendiendo su uso por todo Paris, lo que lo convirtió en una celebridad, por lo que se le nombró a esta nueva especie como Nicotiana.

En la época prehispánica los sacerdotes y las culturas indígenas utilizaban el tabaco en rituales y ceremonias ya sea fumado, mascado o bebido, inclusive en la actualidad muchos grupos lo utilizan con el mismo fin. Los aztecas por su parte usaban las hojas molidas para tratar tumores, mordeduras de serpientes, para cicatrizar heridas y las mujeres embarazadas ponían hojas de tabaco sobre sus pechos para prevenirles enfermedades a los bebés. Según relatos de los colonizadores en las islas del Caribe los nativos usaban unas cañas llamadas “tobago” para fumar las hojas molidas de esta planta, por lo que la llamaron tabaco o tobago.

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